De un rojo fuego intenso
es la boca que se alimenta del fracaso.
De un negro vacío inmenso
es la mirada perdida en el ocaso.
De una alma magullada, rota,
es un cuerpo viejo y cansado.
De una batalla librada, una derrota,
es un cruel destino injusto e indeseado.
De una suerte ya hechada,
es una despedida triste y deprimente.
De una vida consumida,
es una muerte que no quedará latente.
Hermoso poema me gusto saludos