Desde la premonición de Carlos, el equipo estaba trasladándose de punto a punto de la región de Hylera sin se capaces de escapar a los audaces sistemas de Kilerio, el director judicial del sector oeste. Además de que él grupo sufriera la escabrosa baja de Dando, al ser un abultado tumulto de malhechores, los traslados eran vistosos ya que se repartían en 5 furgones negros, visibles para cualquiera.
Le esperaría la peor de las situaciones si no conseguía escapar de sus nuevos captores. Su padre, en paradero desconocido, no lo haría. Pero su lacayo Kladius, se prestaría a darle un severo escarmiento si no cumplía su objetivo prioritario. Capturar a los Aimier.
Inés había abandonado el grupo hacía varios días ya que la llamaban a concentrarse en su nuevo equipo, el Deovosio, y Carlos la echaba en falta. Era la que imponía disciplina con su sola presencia. Aunque si hubiera seguido con ellos, jamás volvería pisar un almindren por la desobediencia a su jefe de filas. Ahora, aquella mujer, no le serviría de nada.
Volviendo a concentrarse en el planning de la siguiente semana, tras el domingo 8, se dirigió de cómo de costumbre a su furgón privado y entabló línea directa con su despacho en Novo. Una mujer de aspecto serio y gafas le respondió.
- Nanao ¿Alguna noticia de mi padre?
- Ninguna, señor ¿desea dejarle un mensaje para cuando vuelva?
- No es necesario. ¿Qué tal anda Novo durante mi ausencia?
- El primer asesor esta intentando derrocar las leyes antiguas de los ustules en cientos de aldeas. Lamento decirle que han acabado por rebatirlas todas. Ahora lo hacen en las grandes ciudades y en las capitales. Jamber y los Olocia se mantienen al margen y no consiente cambios del nuevo asesor en su ciudad natal.
- Tenemos al menos un aliado fiel – respondió Carlos, visiblemente aliviado.
- Aunque la miembro ayudante de la asesora Beatriz, Berthidea Olocia se encuentra gravemente enferma sigue ayudando a la causa ustul.
- ¿Qué le ha sucedido? – preguntó preocupado. Berthidea era la infiltrada en la familia Olocia que los ustules habían introducido durante la crisis de 2973.
- Cáncer. Probablemente por abuso de medicamentos. Últimamente no controlaba su dosis diaria. Los médicos le han dado escasos meses de vida. Puede que los Olocia terminen por retirarla bastante antes de su muerte.
- Mierda – bramó Carlos al otro lado del auricular de Nanao.
La estrategia de invadir con infiltrados en la mayoría de las familias para conseguir que todas ellas terminasen por ayudar a las causas ustules, se estaba resquebrajando. Tras su meteórica ascensión, los ustules necesitaron el apoyo de varias familias para introducir cambios notables en el estancado país de Ramber. Aunque no todos fueron por ese motivo. Los ustules intentaban hacerse con un cambio de presidencia general. De Kastor a Ustul. Pero jamás previeron la resistencia de los Aimier y de los Montepez. Duros, férreos y ceñidos a reglas puras, muchas de ellas, distantes por las adoptadas por los nuevos y misteriosos ustules. Supieron al instante, que eran contra quienes debían luchar.
Después, llego el Seiko.
Y tras ello, un sirviente de los ustules desde hacía décadas, obtuvo el poder de aquella energía y comenzó el periplo de la COGESEK.
La cara oculta de los ustules.
Carlos recibió unas cuantas noticias más y aceleró en la introducción de más topos en la familia Olocia. Las demás se habían vuelto más resistentes y temió que el sorprendente 1º asesor, de influencia neo-aimier, acabara por descubrir el tinglado que, entre bambalinas, dirigía los ustules desde la sombra.
Tras ello marcó el número de un móvil. Alguien contestó mal pero aceptó, sumiso.
Era una fresca madrugada en Bahía Cost cuando Inés recibió una llamada no deseada. Al ver la hora, las 4 de la mañana del 10 de abril, hizo un intentó de pasar de la llamada. Estaba en el camerino especial de Deovosio y las pruebas del día anterior la habían dejado agotada. Pilotar un almindren no era, para nada, fácil. Además de ser una de las elegidas por el carácter especial de la máquina, debía “domar” a ésta para que pudiera hacer unos tiempos perfectos. Su equipo había apostado muy fuerte por su nuevo fichaje ya que el año anterior rompió lazos con el que fuera su equipo anterior durante 3 años, el COGESEK Team. Era fácil esta vez pensar sus motivos, sobre todo, marcados por su padre. Además el año pasado, a punto de ganar en la general, un fallo en el almindren de Agedia permitió que Integra & Co ganaran por una ventaja de dos puntos a COGESEK team, que le bajó a una mediocre plata.
Marina Cielo.
Así se llamaba la campeona del año pasado. Cuando profundizó durante la concentración del 2998, vio que se trataba de una valiente teniente de las US de la academia Vestal en Ferder, Ramber de poco más de 20 años. Sintió una profunda envidia hacia ella ya que su familia era de las que patrocinaban su equipo como una pastelería famosa en Ferder. De su padre jamás consiguió ni que la viera en el podio ni en vivo ni en televisión, como su hermano se le ocurrió recordarle al regresar a Yastrai. Visto la osadía de su propio padre, rompió el contrato con su equipo y ficho enseguida con un equipo que hacía aguas. El Deovosio estuvo a punto de descender de serie en 2998 pero, gracias a los patrocinios que arrastraba Inés van Utter, dada su excelente ficha deportiva, reflotó y se hizo con un almindren prometedor. El OVO-05ab era una nueva evolución de su OVO–04 con su tamaño compacto, ideal para escurrirse entre los demás y sus nuevos motores Storm, que les proporciona una mayor aceleración, resultaba un equipo favorito.
Aunque el gran defecto de todo equipo eran sus carencias. Por ello, necesitaban afinar los parámetros del Almindren para que la propia piloto, no tuviera problemas en la carrera. Problemas detectados con el complejo pero, intuitivo, manejo. Parecía que el propio almindren no se dejaba pilotar bien a manos de Inés. Los mecánicos le habían detectado cierta anomalía centrada en la psique de Inés. La habían recomendado que saliera unos días por la ciudad, para que se relajase, y volviera tan pronto como tuviera nuevas fuerzas. La noche anterior había estado de fiesta, y la llamada insistía. Eran las 4 y diez.
- Diga – dijo en tono malhumorado
- Te necesito… Ahora – la voz le sonaba, aunque su mente estaba aún apagada
- Ey… Me temo que estas hablando con la persona equivocada
- Nieve (Inés). Soy Butre – dijo el Carlos en clave – Y no el ligue de una noche…
Inés estallo en su interior. Estuvo a un segundo de colgar el móvil, pero no lo hizo.
- ¿Qué quieres a estas horas?
- Vamos a disolver el operativo, El jefe (Gabriel en clave) ira por su cuenta a Bahía Cost. Yo me marcho porque no puedo prolongar mi ausencia en Ramber. Necesito que des con alguien. Y necesito que lo hagas antes del campeonato.
- ¿Quién?... ¿Qué?...
Y antes de que pudiera seguir hablando, un mensaje que contenía una foto le aclaró las dudas. Podría intentarlo mañana por la mañana.
- Tendrás noticias para ti tras el evento… O si cumples el objetivo. No hace falta que me lo confirmes. No me llames a este número. Destruiré el teléfono después de colgar. Ya te observare, Nieve…
Se hizo un breve silenció “Nieve” esperó pacientemente
- ¿Lo aceptas? – preguntó Carlos
- Lo acepto
Y de inmediato, Carlos colgó. Inés se quedo oyendo el repiqueteo del móvil durante mucho tiempo.
Ahora tenía una excusa para salir de marcha.
Marina Cielo estaba en su punto de mira.
Si esta vez acabara con ella, conseguiría el ansiado título de campeona del 2999.

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