El evento que se desarrollaba en casa de mi hermano Javier era una exposición de pintura de mi cuñada Ana, quien pinta como dios.
Estaba invitada toda la "creme" de Santiago: Emilio Rasilla y el moro presidente del Aragonei, entre otros.
Yo me encontraba -allá por mi tercer wiskie- en compañía de Kaki el porretas , amigo de Javi.
Y fumábamos mariguana.
"Este porro va a ser casi todo para ti", me dijo Kaki.
Yo recordaba -de mis tiempos de porrero- que había que retener el humo el máximo posible.
Así es que inhalé. Retuve y...
Un vahido se apoderó de mi ser. Me flojearon las piernas y...
Di un pasito atrás para recuperarme, con la mala suerte que se acababa el escalón que me separaba del jardín. Y caí cuan largo soy de espaldas sobre el cesped..
Los pudientes me miraban estupefactos.
Intentaron ayudarme pero yo les pedí un momento para recuperarme.
Como gracias a dios el porro seguía en mi mano le di una calada y me levanté.
Desde ese momento todo serían inconveniencias fruto de mi colocón.
Por ejemplo confundiéndome a Emilio Rasilla con el moro del Aragonei le dije los números del 1 al 10 en árabe. A lo que Emilio muy correcto me contestó "Muy bien".
A continuación Kaki me acompañó a casa y a poco me mete en cama. A lo que yo observé: Tranquilo Kaki que ya voy bien.
Cuando se fué Kaki me quedé sólo con Kiko. Comí unos cereales y me acosté envuelto en una nuve tóxica.
