Me acuerdo de las veces que te tumbabas a mi lado y me decías que me preparase, que iban a venir curvas. Si no hubiese venido de ti me habría asustado pero contigo siempre he tenido la certeza de que nada malo iba a pasar. Lo único que hacías era matarme a cosquillas y comerme a besos. ¿Quien va a tener miedo de algo así? Después me cogías por la cintura, con la delicadeza que solamente tú tienes, me susurrabas al oído que me querías con locura y lo único que necesitaba en ese momento era que el mundo desapareciese y quedarnos tú y yo a solas. Quedarnos a solas para que la luna envidiase cómo hago de tu espalda mi instrumento y de tu cuerpo la mejor jamás escrita. Tú harías de mí un pentagrama con notas al azar a las que solamente tú encontrarías el sentido. Tus dedos formarían el ángulo perfecto para hacer que mis letras y mis párrafos fluyesen como fluyen tus manos por las teclas del piano.

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4 Comentarios

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  Sandor

  Texto evocador, con una cadencia que me gusta.
  Un abrazo, amiga.
  Carlos

  27/05/14 08:05

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  Kingdom

  Una vez más, gracias.
  Un saludo!

  27/05/14 04:05

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  Dairo

  Amiga, siempre me dejas queriendo más, nos llevas a un plano donde la descripción de lo que quieres transmitirnos es exquisita, y cuando más embullado estoy leyendo....ZAS.... se acabó y entonces nos dejas a medio camino para llegar al éxtasis de la lectura.

  27/05/14 09:05

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  Kingdom

  Espero sigas leyéndome y puedas llegar a ese éxtasis.
  Un saludo

  28/05/14 03:05