Evaporados.
Atrapada en tus sueños,
escupiendote momentos,
camino por tus venas, comete mi cabeza.
Así vamos, con los brazos enredados y empapados del sudor que cae del techo,
que disuelve nuestros movimientos,
el charco se evapora llevandose con el nuestros cuerpos.
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Comemos sal.
El oleaje come discretas parejas que intentan no mirarse
cuando se cruzan entonces empezamos a suspirar
no podemos evitarlo, somos animales que rugen y comen sal.
¿Podemos despertar si todavía no hemos empezado a dormir?
Las nubes se vuelven oscuras
llega la noche despertando nuestras ganas de mar
nadamos, mecidos por unas olas, bañados en sal.
