Este sencillo relato es para ti, Setefilla. Es un modesto trabajo que solo pretende provocarte una sonrisa; tómalo como mi regalo de cumpleaños. Adjunto te envío unos blandos tirones de orejas y una ráfaga de besos sonoros y reiterados (como los que dan las viejecitas que nos quieren bien) ¡Feliz cumpleaños, tesoro! Con todo mi cariño
---- EL CUMPLEAÑOS----
Era un sábado por la tarde, poco antes de la puesta de sol. Estaba tranquilamente escribiendo en casa cuando me extrañó escuchar el timbre de la puerta pulsado con insistencia. Yo vivo solo, y ese día no esperaba ninguna visita; tampoco había oído el rutinario sonido mecánico que emite la puerta del ascensor al accionarse, y que siempre me avisa de la llegada de alguien al rellano de la planta novena en la que resido. Soy precavido y antes de abrir me asomé por la mirilla; era mi vecina Eva la que llamaba, y a pesar de la visión esférica que distorsionaba su rostro, intuí que algo andaba mal; estaba enfadada o alterada, quizá ambas cosas.
Eva, hace más de dos años que se mudó a mi edificio de apartamentos con su hija de seis o siete años. Es una joven divorciada; una mujer muy, muy, atractiva y deseable que rondará la treintena. Vive intensamente la vida, y aparentemente no sabe estar sola. En este tiempo, he conocido al menos cinco relaciones consecutivas que ha mantenido con hombres jóvenes y apuestos, con los que la he escuchado gritar enojada y también llena de placer a través del delgado tabique que separa nuestras habitaciones. Es una hembra hermosa de fuerte carácter, extrovertida, con la que no podría decir que me une una gran amistad, pero sí es cierto que hemos construido en este periodo de tiempo una relación de confianza que va más allá de la simple cordialidad entre vecinos.
Hola niño, perdona que te moleste, ¿puedo pasar un momento? ella siempre me llamaniño y a pesar de la poca justificación que tiene el calificativo, a mí me encanta que se dirija a mí así.
Claro, mujer, adelante ¿Ocurre algo?
¿Que si ocurre algo? ¡¿Que si ocurre algo!? Ya lo creo que sí. El imbécil de Chema,¿te acuerdas de Chema?
¿El que tiene esa moto enorme, que parece medio coche?
¡Ese! Pues que me llama hace media hora y me dice que no puede venir hoy a verme, que le ha surgido un imprevisto ¡Un imprevisto! ¡Ja!, se piensa que soy idiota y que no sé que sigue atado a su mujer, el muy...¡Precisamente hoy, que es mi cumpleaños!
Vaya, no lo sabía, pues felicidades ,Eva.
Gracias, niño.¿Pues sabes qué le he dicho al muy calzonazos?
No,¿qué le has dicho?
¿Que qué le he dicho?, pues le he dicho: mira, Chemita, sabes perfectamente que la noche de mi cumpleaños me gusta pasarla con un hombre, ¿te crees que tú eres el único? Quédate si quieres con esa cursi, que yo ahora mismo me busco a un macho de verdad, me tomo dos botellas de vino con él, y me lo llevo a la cama para que haga conmigo lo que se le antoje, ¿entiendes?
Muy bien dicho ¡Sí señor! ¿Qué se habrá creído ese idiota?
Pues eso digo yo, ¿oye, niño, tú tienes algo que hacer esta noche?
¿Yo? ¡Nada!, no tengo nada que hacer...
¡Genial!, entonces, ¿me harías el favor de quedarte con mi hija?, es que no tengo con quien dejarla...
Bueno, al menos he de reconocer que la hija de Eva es un encanto de niña. Cenamos una pizza entre una animada conversación, acompañados por velas aromáticas, con las que alucinó, y hasta llegó a quemarse los deditos jugando con ellas, aunque no lloró. También le gustó mucho la pulserita de plástico que le regalé durante la romántica velada. Luego puse en el DVD El rey león
A mitad de película, apoyó su inocente sueño en mi regazo, y diez minutos más tarde, cuando después de besarla vi que no reaccionaba, la llevé en brazos a mi cama y la desnudé con respeto paternal; qué bien olía, se la notaba recién bañada, de haber flores en el cielo deben tener su misma fragancia, y la vestí con su pijamita corto de Disney. Yo dormí en el sofá, acordándome de su mamá...
©EFG/la redacción/julio-2011
registro safe creative.
¡Qué suerte tener amigos que te feliciten así!
El cuento me ha encantado, como todo lo que leo tuyo.
Besos.