Carne y música, música y carne...
Tú conoces desde siempre, amor,
el íntimo secreto que excita mi geometría variable.
Modificas a tu antojo con acordes de tus labios
el ángulo cóncavo de mi deseo
para transformarlo en obtuso y delirante.
Coordenadas angulares y firmes son tus pechos,
tus caderas cajas rítmicas y trepidantes,
volúmenes subyugantes de mi anhelo
por llegar a ti, siempre insaciable.
Me tomas y punteas con tu boca
en el mástil vivo de mi empeño.
Me haces con tu vientre uno
para interpretar in crescendo
la melodía sutil de húmedos arpegios
que nos hace libres, y por un instante, eternos.
©EFG/la Redacción.Junio 2013.
Hace ya mucho tiempo, demasiado, que por razones que no vienen al caso no publicaba en este portal, del que guardo un maravilloso recuerdo. Hoy me he animado con este breve poema que espero os guste. Quiero mandar mucho besos y abrazos a los veteranos creadores con los que he compartido tan buenos momentos y también a los nuevos autores que nos toman el relevo. Regresaré más a menudo y espero encontrar más rostros conocidos...
Lo dicho, muchos besos, nos vemos.
Esteban.