De toda la vida, los platos para niños pequeños llevan dibujos de sus personajes favoritos para incentivar la ingesta, digamos, de la apestosa col.
Los matrimonios, compramos, normalmente con sexo, la aceptación de peticiones poco atractivas.
A esto, entre amigos le llamamos, "potaje".
Al saber de una comida familiar o un sábado de Ikea, divertidos decimos:-"¡Poooo-ta-jeeee!".
Uno de ellos se separó, a lo que un amigo muy "potajero" le confesó que si hubiera comido más de ese plato, seguiría casado.
Así que aquí estoy, mandando fotos de mi pezón coronando el pecho, a mi marido, que se acerca el aniversario de mamá.
