De Aquellos Polvos...estos
Lodos
Cuando se ausentaba de casa, rezaba para que no tuviera enfrentamiento con los jovenzuelos crueles que lo atormentaban, por su corta estatura y voz aflautada. Le pusieron de mote "Cerillito".Al regresar, descubría en seguida si había tenido alguna trifulca. De ser así, avanzaba a paso militar, hacia el balcón, donde cantaban alegres mis pájaritos. Agarraba al primer desvalido que pillaba, sin prisa, apretaba cada vez más fuerte, finalmente lo soltaba y caía de bruces al suelo de la jaula.
Después se sentaba junto a mi mientras le consolaba: -tranquilo Francisquito, al crecer, te canviarà la voz