Las cuerdas de la guitarra replican en mis tímpanos mientras la luz de la luna me acosa desde la ventana y con la fría brisa de medianoche llegas tu a recordarme cuan herido y vulnerable me abandonaste
La luna sigue ahí con su blanquinoso velo observándome, maúlla el gato negro en la ventana, viene a hacerme compañía
Siento como se desnuda tu sonrisa para cuan espectador se le antoje, tu tacto sorteando al mejor postor, siento tu calor fundiéndose con el frió de viles vacíos, te siento, pero; ¡Por piedad! ¿Porque te siento y no te tengo?
Debiste matarme cuando partiste, me la paso jugando a que te echo a los campos del olvido, imagino nuestros recuerdos devorados por las alas del sabio fénix que reposa en las páginas de mi locura..
La luna cobarde ante esta melancolía se refugia tras las turbias nubes y el cielo se empieza a desangrar, este frió tan conocido, ese frió que era tan nuestro o quizá solo mío.
Nos perdimos en la inevitable tormenta de la inexperiencia, el amor nos saludó por la espalda..
Sé que me piensas y por las noches en océanos de melancolía buscas la luz de mi recuerdo, se todo lo que se porque yo también lo siento y antes de partir mis líneas llegaran a ti, antes de que el olvido se materialice en tu mente sé que estaré contigo para detenerte, aunque no puedas verme, ahí estaré para detenerte
