Tengo miedo.
Quizás este papel a rayas sea capaz de cortar mis historias.
Temo no poder superarlo.
En mis ojos se refleja el frío del papel. Mi mente se llena con este espacio vacío.
Mis personajes, desorganizados, desesperados, golpean mi frente. Piden a gritos una libertad que no puedo brindarles; yo no la poseo.
Frente a una hoja en blanco, mi corazón late agitado. Yo puedo.
Mis voces no caerán en incómodos silencios; mis cuerpos no tendrán descanso; mis almas sentirán eternamente; sus cadenas serán cortadas.
Vivirán más allá de mi muerte.
No habrá producto que quede en mi imaginación...
