Buscando salida de la tempestad,
buscando refugio me vine a encontrar
con un paraíso con una ciudad
Inimaginable, te voy a contar.
Llegué muy cansado y sin fuerzas en mí;
pensaba que ya no podía resistir;
quería tan sólo una tregua tomar,
por sólo un momento quería descansar.
Y me recibió un Hombre Incomparable.
“Te he estado esperando”
me dijo y me sonrió.
Y me llevó a un río cristalino
y en él lavó las heridas
que el camino me causó.
Y me alimentó del árbol de la vida
y puso en mis espaldas
un manto de perdón.
“Te puedes quedar” me dijo si deseas.
“Es para ti, lo que miras
con mi sangre lo compré”.
Entonces pude ver las heridas de Sus manos y Sus pies
Me gust? tu mensaje de Esperanza. El tratamiento qu7e has dado al tema merece mi aplauso. Un beso amistoso, leonora. Adelante. A por la Esperanza Final.