Este verano sucedió algo que yo no me lo espera jamás. El verano empezó como todos los otros, los días se basaban en estar en la playa, haciendo algo para no aburrirme, cuando un día por la mañana llegué a mi sitio de costumbre en la playa. Me fijé que había alguien nuevo, gente que normalmente no estaban ahí. El chico nuevo se fijó en mí y yo como una tonta caí en sus manos. Pensé que lo que me estaba pasando era algo increíble y que no se iba a acabar jamás. Pasamos días y días juntos, nos hicimos regalos para jamás olvidar el uno al otro. Los días se fueron pasando y nosotros estábamos cada vez mas enamorados...
Llegó el último día, pasamos el día juntos recordando como todo empezó por unas simples miradas y sonrisas y ahora estábamos ahí abrazados y no nos queríamos soltar jamás. Ninguno de los dos nos queríamos ir, pero los dos sabíamos que no nos quedaba otra. Esperamos el atardecer en la playa los dos juntos, dados de la mano, y en el momento que nos tuvimos que separar nos dimos el beso mas cariñoso del mundo y fue entonces cuando él dijo:
-Quiero que sepas que esto no es un beso de despedida, el año que viene te estaré esperando en este mismo sitio y te querré mas de lo que te quiero ahora.
Una lágrima cayó de mis ojos y lo único que salió de mi boca fue un simple : Te Amo.
Nos dimos un último abrazo y cada uno siguió su camino. En mi mente queda el recuerdo de los bonitos momentos que pasé con él.
