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A Base de Palos Se Aprende..

¿Cuántas veces has deseado volver atrás, retroceder, y no cometer aquel error? Aquella decisión acabo con tu felicidad, con tu sonrisa, cambiaste tanto, que ya ni tú misma te reconoces, quieres volver a ser la que eras pero los golpes, las caídas, las palabras dichas por personas importantes, duelen, y te han hecho madurar de tal forma que con solo quince años te has vuelto una niñata desconfiada y borde. Y lo daría todo por volver a ser esa niña confiada, inocente, feliz… pero no hay marcha atrás, te has hecho “mayor”.
Conforme creces la gente se va olvidando de ti y muchos ni se acuerdan de decirte un simple:¡Felicidades! el día de tu cumpleaños, ese día que era tan especial cuando tenías cinco, seis o siete años, los ratos en el parque se substituyen por horas frente a un libro, ya sea, de matemáticas, de física, de lengua...Dejas de ser aquella niña pequeña a la que todos querían mimar y pasas a ser la persona bipolar y borde. Las muñecas se cambian por libros con historias de adolescentes enamorados, que sufren y siempre acaban juntos, aunque, no suele pasar lo mismo en la vida real…y tus quinientos amigos son substituidos por cinco, de los cuales tres no merecen la pena…
Recuerdo que hace un año estaba preocupada por problemas con gente diferente a la que me rodea ahora, otros a los que me atreví a llamar amigos, pero pasó el tiempo y apareció gente nueva, que ¿Quién sabe cuánto tiempo estarán a tu lado? Pero les abres la puerta, entran a tu vida y cada uno aporta su granito de arena en ti, algunos te enseñan a sonreír, pase lo que pase, te enseñan a valorarte, a querer, a desconfiar, a ser feliz, a no bajar la guardia, a sufrir…y, normalmente ese aprendizaje sólo funciona a base de golpes, tropezón tras tropezón, golpe tras golpe…y tú te los das, te caes, te levantas, te vuelves a caer, te vuelves a levantar, pasas página y sigues con tu vida, recuperada algunas veces y no tan recuperada en otras.
Hace trescientos sesenta y cinco días lloraba por otras razones, por otra persona, por quien pensaba que sería mi gran amor, esa persona a la que dije que había querido como nunca y más que a nadie, lo mismo que después le dije a otras persona diferente, hace trescientos sesenta y cinco días creía que no se podía querer más de lo que estaba haciendo y que no habría dolor más grande del que sentía, y hoy en día no me considero mentirosa por lo que dije, ya que lo creía así, pero el tiempo pasa y llegan más personas como esas, aprendes que hay nuevas formas de querer, que siempre se puede querer un poquito más de lo que ya has hecho y que siempre hay un dolor más grande del que has llegado a sentir, y que si has querido y te han querido será porque también puedes querer a otra persona y te pueden querer otra vez igual o incluso más y mejor que la anterior.
Las compañías van cambiando, la gente entra y sale de tu vida, algunos pasan rápido y no dejan huella, otros se quedan guardados en forma de recuerdos y algunos incluso pueden marcarte y dejarte cicatriz. La gente a menudo cambia, con el tiempo, o quizás es el tiempo quien nos demuestra como son realmente, pero sea como sea, nada es lo que parece, las relaciones no son lo que pensamos, las personas no son lo que parecen ser, muchas veces la gente nos decepciona, a veces nos traiciona, hay personas que se empeñan en intentar, intentar e intentar tirarte por los suelos y pisarte, pero entonces están las que te sujetan y evitan que te caigas, a veces se tiran al suelo sin dudarlo para recogerte y…¡esa gente es la que realmente importa! Esa gente es la que nos merece, la que merece nuestros buenos momentos y la que merece que nos preocupemos por ella, ¿los demás?, ¿la gente pasajera?, ¿la gente que sólo intenta hundirte y hacerte daño?, pues, como me dijo unos de lo que si merece la pena, les daremos los buenos días sonrientes, les recibiremos cada día con una enorme sonrisa para que vean lo felices que somos, sin ellos, sin sus falsas ayudas, sin sus intentos de engaños y sin sus pasos en nuestro camino.
Y con el tiempo aprenderás a disfrutar de las pequeñas cosas, a ignorar a aquellos que te hicieron daño, a valorar más lo que tienes a tu alrededor y a darte cuenta de que realmente merece la pena luchar por aquello que quieres, sea positivo o negativo el resultado. En la vida no siempre te va a ira como desees, pero recuerda que te vaya bien o mal hay que tratar de encontrar la felicidad.
Y sí, te quedaran esos recuerdos de los momentos malos, pero no pienses que importan, porque cuando encuentres esa felicidad que buscabas te olvidarás de todo y sólo y únicamente disfrutarás de la vida.
Lithha19 de junio de 2012

1 Comentarios

  • Neogrekosay2012

    Asumir la vida en ese espacio de dolor...no nos permite evolucionar. Tu texto es una declaración de vida, de lo que fue, de lo que que permanece...¿Con qué crees que debes quedarte? Un saludo.

    19/06/12 10:06

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