No crean a pie juntilla todo lo que leen, menos tratándose de este blog. A veces citaré algunas frases dichas supuestamente por algunos autores o autoras, pero en realidad son citas hechas a ciegas, se podría decir. No siempre recordaré las palabras exactas. Si las pongo entrecomilladas es para que quede claro que pertenece a otro u otra. Esto lo digo a propósito de la frase que puse, dos blogs más arriba, incluyendo este, de Benito Pérez Galdós. La frase y anéctodas son ciertas, las leí por ahí, y aunque pueden tener un margen de diferencia con el original (no las tengo a mano en estos momentos y fue hace tanto tiempo que lo leí), en esencia remite a la misma idea, así que se puede confiar medianamente en ellas. Esta alcaración es válida para todo lo que vendrá, incluyendo nombre de autores y de libros, más si se trata de autores de otras nacionalidades. Ya es bastante esfuerzo para mí concentrarme en llenar estos espacios para que encima de todo tenga que darme el tiempo de verificar mis fuentes, menos si son fuentes recónditas en mi memoria.
Hecha la salvedad, supongo que puedo continuar con mi inane semblanza quenadiememandóaescribir.
¿Dónde iba...? Ah, sí, en eso del impacto que había causado en mí la lectura de La noche boca arriba de Cortázar y cómo había comovido los cimientos de mi futuro. En realidad no tenía muy claro cuál sería mi futuro entonces, así que eso de los cimientos es una pura exageración poética, si alcanza para eso, igual que todo lo que escribí antes, aunque, de nuevo, en esencia sea cierto. No puedo decir que he mentido al respecto, pero ¿no han releído días después algo que han escrito y lo han encontrado patéticamente estúpido? Bueno, a mí me acaba de pasar cuando repasé los textos anteriores. Y a uno le darían ganas de dejarlo todo botado, si no fuera porque ya se metió en esto y hay que seguir con la vergonzante situación hasta el final, porque si no es más vergonzante aún. Ya que dijiste upa tienes que decir chalupa, como decimos por acá. No hay de otra.
Sí, ya sé, Cortázar y La noche boca arriba. Ahí partió mi desesperada carrera por engullir todo lo que se pusiera a mi paso y que me impactara medianamente: novelas, cuentos, poesía, etc, etc. Eso no incluye historietas, ni libros de historia, ni noticias, ni nada que no tuviera para mí un aspecto suficientemente literario, así que de nuevo aquello de "engullir todo" es una odiosa hipérbole... ¡Y qué manera de engullir, oiga! Diría que me lo comí todo, si no sonara tan feo. Cuando digo todo me refiero a, en género novela primero: novelas rosas, novelas históricas, novelas vanguardistas, novelas fantásticas, novelas policiales, novelas de terror, novelas, novelas, novelas... ; en género cuento: en la misma trayectoria que la novela. Cuántas y cuáles fueron, las veremos en el próximo capítulo de esta saga, en el mismo lugar, no sé si a la misma hora, pero con el mismo auspiciador: o sea mi estupidez.
No dejes que tu "auspiciador" se olvide. Y no te preocupe, quien màs quien menos, todos parafraseamos.
05/04/08 04:04
