Hoy vengo a ti
y te hablo como un caballero.
Hoy vengo a ti a pedirte perdón...
sí, perdón...
Perdón porque a partir de hoy
tendrás una mente que acosará tu recuerdo
tal como el Sol acosa a la noche
en su eterna persecución.
Perdón porque a partir de hoy
tendrás una voz que hablarás de ti
así como el ciego habla de lo bello
que era ver la luz.
Perdón porque a partir de hoy
tendrás unos ojos que renunciarían a ver
sólo por poder admirarte
una vez más.
Perdón porque a partir de hoy
tendrás un corazón que latirá
esperando volver a verte
y querrá renunciar a hacerlo
al no poder sentirte.
Perdón porque a partir de hoy
tendrás un loco esperando tu presencia
y recibiendo tu ausencia,
que su motivo de locura eres tú,
y que lo más cuerdo y loco,
lo más sincero y puro
que podrá decir
es que te amo.
Perdón porque a partir de hoy
soy tu esclavo por voluntad,
soy tu condena, soy tu juguete,
soy tu guardián que cada noche velará tus sueños
en busca de tu amor,
estando tan lejos como tu pensamiento de mi.
Pero sobre todo...
soy quien más te ama.
Hoy vengo ante ti
y como buen caballero
ante ti me quito el sombrero
y que como buen amante
que no puede tenerte
te dice adiós...
para jamás regresar.
