El mundo nace de un rayo,
una linea que gira.
Que busca el punto,
su iniciación.
Otros rayos aparecen después
y se multiplican.
No podemos ver,
la ceguera es condición.
La cúpula del cielo hunde sus raíces,
la materia es el dolor,
la explosión.
De pronto todo se transforma,
por no alejarse.
Se busca,
se extraña,
pero no se ha de tocar jamas.