La ansiedad del día ,el de
no saber cual es el dolor
emergente y tratar de correr
y no pensar y solo despegar del
inconsciente.
Aprieto mis manos contra
mi pecho, para darme cuenta
que mi corazón sigue latiendo,
Entonces respiro mirando el cielo
por que en el veo miles de
corazones latiendo.
Abro los ojos y realmente
veo un camino pedregoso,
pero un camino al fin, que
de apoco, piedra por piedra voy
sacando, juntando escombros
Creo de vuelta en mi corazón;
Creo en los ojos solitarios
que me miran de paso.
Creo en el fuego ardiente
llamarada del alma,
que abre las puertas para un
mañana.