Inolvidable
Y aún te recuerdo, tu imagen sigue ahí, tan nítida como la primera vez que te vi. Es clara, precisa, no se me olvida ningún detalle. Sería ficticio olvidar tu retrato. A pesar de tu abandono, tu esencia permanece intacta, no se esfuma, de algún modo, sigues junto a mí.
En sus ojos café intenso, descubro mil soldaditos de madera, todos firmemente alineados, listos para desenfundar sus armas para proteger a su princesa. Cuando me mira, mi alma se completa, cada parte de mi cuerpo comienza a temblar, no hay una sensación más placentera y gratificante que su mirada puesta en mi.
Su nariz, aparenta ser moldeada por los mismos ángeles, que con sus delicadas manos fabricaron el perfil perfecto, será la razón por la que siempre me gustaba acariciarla.
En su boca de seda, veintiocho perlas, de esas que solo se encuentran dentro de los arrecifes más coloridos de las islas más exóticas, una al lado de la otra, brillan con su luz propia. No existe una explicación para la emoción de sentir sus dulces labios rozándome, y esa sonrisa cariñosa, que, cuando aparece provoca inmediatamente la mía.
Su piel, morena y tibia, me acerca siempre a sus brazos, firmes y robustos. Estoy cubierta, podría pasar cincuenta inviernos aferrada a ellos y desearía, incluso, cincuenta inviernos más.
Con su talle 40, un poco pequeños para su noble personalidad, mi memoria no olvida sus pies, perpetuamente cálidos y juguetones. Recorrían y se entrelazaban con los míos, simulaban ser uno solo y acostumbraban a bailar al compás de un viejo CD de rock.
Sin embargo, mi parte favorita siempre fue su pecho, admiraba verlo desnudo, frágil. Me resultaba de lo más grato pasar horas sintiendo su corazón latir, hasta me divertía enumerar sus respiraciones hasta quedarme dormida a su lado, y aún junto a su cuerpo, soñaba con él. Creo que felicidad era sinónimo de ese preciso momento. ¿Cómo explicarles, si no pueden verlo con mis ojos y sentirlo con mi corazón?
La armonía de todo este conjunto eres tú, gracias por permitirme experimentar lo que es estar viva. Mi lugar favorito, el que nunca voy a dejar. Era tan afortunada de tenerte. No existía placer alguno como el de nuestros corazones encontrándose y ojalá el destino nos vuelva a encontrar.
El nuestro mi amor, es un amor para toda la vida. Eternamente tuya.
Inolvidable para mi alma.
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Sandor
Ojalá no se rompa esa magia. El texto es bonito..
16/07/15 10:07
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Lucesita
Deseo lo mismo. Muchas gracias leerlo!
20/07/15 04:07
