Es cierto, cuando ella cruza el invierno -gris de rasgo triste- atraviesa los rincones solitarios, los nombres, las fechas, las extraviadas noches, los rebotes afiebrados, las personas muertas.
Hace de los pasos intrincados una historia anónima que, vagabunda, descubre su anarquía oculta y la trampa del sol en su costilla helada.
¡Si pudiera desperezar tanto caos de ojos inmersos!
Pero el ciclo riguroso se revuelve en temblores, un inútil aliento de brujos consuela su empedernida consistencia.
También anima el violento golpe de las tormentas, el tiempo oscuro que finge no descifrar.
¡Ah, máscaras de antiguos ardides!
¡Ah, estertores con necesidad de tiempo!
¡Ah, sortilegios obstinados, definitivamente en vano!
E insiste la esencia con punta, asta y fuego… mas no se arman respiros con desnudo aliento.

LuiaSeguir Autor Recomendar Texto Agregar a Favoritos