Tacita la distancia que nos une
Inquietante de tus labios, su dulzura
Apacible tu figura que sostiene
Implacable beldad desmedida.
Esperanza al tiempo daré
Y todo as de luz guardare
Entre nosotros el silencio gritara
Los halitos de tu respiración lo sentirán.
Raso esta el cielo,
Mi amor rozando el edén
Permíteme finar en tus brazos
Atisbando la sigilosa luna del día.
Eclipsas al día su belleza
Y a la noche su galanura
Candidas tus miradas
Helena la finura de porte
Sentir tu voz, llamado de ángel
Acariciar tus llamados, una estela
De blando movimiento
Afín a tu encantador ademán.
Ángel somos como
El agua y la vida
Acaba con mi musitante agonía
Y sácame de este olvido.