A solo seis horas de ti.
Malditos siete días
triunfando con alegría
que finalizan por fin.
Siberia fue mi Vetusta.
Tú, mi flor de Atacama.
Yo ganador en la justa
de la reina de las damas.
D, Dudé del interés
del germano sistema
en juzgar mi relato.
Se suicidó el estrés,
resueltos los dilemas
hasta dentro de un rato.
Esta noche solo te quiero a ti.
Rubia, preciosa, pasional,
y todo lo que pueda añadir.
Envuelta en niebla cual chal,
sin miedo al mismo miedo,
dispuesta a matar a Bill.
Dejando atrás el credo
de los herederos de Nihil.
No hay dedicatoria
que se quede en mi memoria
y pueda recitarte a la cara.
Deberíamos desear,
y nuestro corazón luchar
por lo que el alma deseara.
Vamos a jugar a lo que quieras.
Rompamos la bóveda estrellada.
Sigamos, simplemente, tu ley.
Curaremos nuestra ceguera,
Amor para salir de la nada.
Antes de contar hasta seis.
