Despedida
Pienso que haré a veces,
sabiendo que tú eres la dueña del río
y yo solo soy otro de tus peces.
Sabes que en ti no confío,
no sigo tu juego,
si no me quieres ahora,
no me vas a querer luego.
Buscaré mi destino,
en esta última hora,
escucha lo que opino.
Eres manipuladora,
te has vuelto una escultora,
que trabaja mi alma,
con cruel precisión.
Soy un tonto apasionado,
un inútil retrasado,
y atrapado en mi prisión.
Lucharé, siempre arrogante,
por no ser más tu amante.
Se hartó, este comediante,
de tus desplantes de actriz,
de que tú fueras Beatriz,
y yo tuviera que ser Dante.
De ser un pirata,
de meter la pata,
de tu estado del malestar.
De tu alto voltaje,
de mis pintas de salvaje,
como un viejo lobo de mar.
De tus locuras de diva,
de tus evasivas,
cuando te toca pagar.
De tus ojos de tigresa,
de tus dientes de princesa,
que se deja rescatar.
De poderte oler
y tener que toser
para no embriagarme.
De ser misterioso,
por tus denuncias de acoso,
y tener que marcharme.
