"Anoche soñé que oía a Dios, gritándome: ¡Alerta!
Luego era Dios quien dormía, y yo gritaba: ¡Despierta!"
Tócame.
Enmaraña versos.
Morderé tu cuello.
Orienta opciones.
Rebélate.
De texto los cambios,
de mí hurgo la clave
que es sol y luna
de mares de jade.
De roto a moderado,
de tono explosivo,
plástico integrado
me envuelve esquivo.
De ver, a domicilio.
No pago por amarte
cuando de sideral tildo
al espacio entre tú y yo.
No bailo el limbo de Virgilio,
ni voto quemarme sin voz.