{120 días de trabajo}
[Retrato robot de un universo alternativo en el que el bronce al oxidarse es falso jade y el amor simple dejadez, donde no valdrán menos las promesas que las cosas que hacemos por última vez].
Me arrastro por agujeros de gusano para no ser rey en el vacío.
Destinos manifiestos bañan tus costas,
naufragar nunca estuvo tan solicitado.
Y volver a ver arqueada tu espalda,
quizá floreciendo tus alas,
y ahogando tus golpes de voz
en cada ráfaga de viento nómada.
Me haces Vietnam en cada verano del amor,
sentir un dinosaurio contemplando meteoritos&
Sangre y oro, heredero de milenios.
Héroe de leyenda porque todo no está escrito.
Centauro del desierto en busca de oasis para soñar,
¿qué me importa si es al filo del olvido?
Espejo de humo negro vestido de resquicios.
Titán loco de sueños nihilistas.
Cota de malla entretejida de peligro
y diamante en bruto sin aristas.
Soy, cuando soy gracias a ti,
una era glacial que se va por el desagüe.
Solo por todo eso tolero un invierno interminable.
Pero lo verdaderamente horrible es no saberte marioneta,
no ser consciente de la sátira.
Cuando comprendes que escrúpulos
no es una isla griega,
y las lágrimas no te dejan llorar
en días de lluvia;
mi saliva en su vergel no riega
ni la hace temblar por mi ayuda.
Y te niegas a renegar del sanedrín impostor
que te condena al Edén con vapor de glifosato.
Y lo peor de marchar y no olvidarte,
es arar sin cesar bajo tu yugo.
Sabía que serías juez y parte,
pero no te consideraba mi verdugo.
Y lo peor de no dejarte ir,
es vender todos mis refugios
salvo el tuyo.
