Me camuflo en las dudas cartesianas de hombre mejores que yo, mientras sueño con mareas misteriosas, que súbitamente se rompen contra las altas torres. ¿Por qué? ¿Por qué qué? ¿Por qué no? No. ¿Qué? Adormilado. Medito...
¿En qué profundidades,
en qué cielos se encendieron
los fuegos de tus ojos?
Cuando termine la lucha
que te hace irreductible,
las trincheras seguirán recordándote.
Tan tú. Tan resiliente, tan como siempre.
¿Caer como gota de mar en el mar inmenso?
¿O ser lo que nunca he sido: uno,
sin sombra y sin sueño,
un solitario que avanza
sin camino y sin espejo?
No hacerlo es engañarte.
Pero caer es fortaleciente rutina,
y el fulgor del miedo
se oscurece con el nacer del día.
Dime, cuando el amor se olvida,
¿sabes tú adónde va?
Se olvida y habita en la ilusión perdida,
que cubre el tedio de las sábanas sin sexo.
Pero recuérdalo,
y habitará en el instinto,
en la fugacidad del deseo,
en el cielo correcto.
¿Qué puede hacer un poeta sin dolor?
Más que un rey y menos que un condenado.
Esperar los flechazos...administrar la ley.
O quizá no rendirse nunca,
y en las noches sin descanso,
dormirse por turnos.
Administrando flechazos
y esperando la ley.
Y, por supuesto,
tocando el alma antes que la piel.
Dime, cuando el amor se olvida,
¿sabes tú adónde va?
Se olvida y habita en la ilusión perdida,
que cubre el tedio de las sábanas sin sexo.
Pero recuérdalo,
y habitará en el instinto,
en la fugacidad del deseo,
en el cielo correcto.
Vuelvo tras una pausa, y me encuentro con preciosidades como esta. Aprovecho para desearte una feliz entrada de año , y que el 2015 te sea siempre propicio.
Un enorme abrazo.