Colores que balbucean lo que siento en tu lienzo.
Miradas de grandes exploradores.
Susurros, ideas, leyes, discursos.
Besos cosidos a balazos.
Mil y una viñetas,
a página completa,
donde recibo tus arañazos
nacidos del deseo.
Un "te quiero" que no es habitual;
el sabor de tus labios disfrazados de espada.
El no saber si haber hecho algo mal,
fue mejor que no haber hecho nada.
Fragmentos de tiempo foráneos
que actúan como moneda de cambio:
pasión por encargo, triste sucedáneo
de mis desvelos, que cubro con mi velo
para ti.
Pesado boletín de desengaños,
que vacilo en cargar a mi espalda,
para enfrentar el día a día
con la vitalidad de un canalla.
Famélico conjunto de virtudes,
que destrozan y sacuden
la duda en su misma gestación.
Tras mi semblante sincero,
un inmortal agujero
pugna por arrastrarme en su interior.
No me duele la batalla,
ni me daña el eterno abismo.
Me mata no dar la talla,
ser el heroísmo que calla
enfrentándome a mí mismo.
Por eso te necesito,
te seduzco, te impresiono,
te regalo, te excito,
me seduces, no te abandono,
te quiero, me repito,
por eso esto es para ti.
Para aprender por fin,
que siendo como soy yo,
doy lo que mejor puedo,
y quiero lo que me das.
Ni sabría ofrecerte menos,
ni creo que merezca más.
