En el amor pierde quien rompe la barrera de lo abstracto.
Ella lo olvidó, como se olvidan las cosas que dicen los que hablan igual que escriben.
Por las noches arrasaba con alevosía. Se mareaba al despertar.
Él brilló en sus grises, asoló cielos sin dormirse.
Viven en una era de dioses que ya nadie adora.
Bola de demolición, nostalgia a destiempo.
Al Este tendrán que ir a buscar sus pupilas.
Ella tenía ganas de irse.
Él, de todo menos de quedarse con las ganas.
Hubo parálisis nocturnas. Hubo miedo.
Él escribe versos sobre cuatro ruedas, pero cojos de métrica.
El mundo volverá a saber de ella.