Nunca sentí tanto dolor como cuando soñé que te perdía. En sueños viví una agonía, en sueños se me iba la vida.
Nunca me dolió tanto el corazón como cuando en sueños de tu boca salio "todo esto hasta aquí llego, ya no te necesito, ya por ti no siento amor".
Es la pesadilla que más me atormenta, pido agritos estar despierta pero no hay respuesta.
Despierto y te encuentro a mi lado, siento alivio, el temor a pasado.
Me giro despacio para no despertarte y contemplo tu rostro más que un instante.
No quiero olvidarme de ningún detalle, que es tanto lo que siento por ti que, cuando no estás aquí, duele el vacío que hay en mí.
Y es que te necesito tanto para vivir que cada noche le rezo a Dios para que en mi vida nunca dejes de existir.
