La ambivalencia del mundo
Flotando en el subsuelo de un edificio mugriento.
El mundo se mece en manos vaciás de madres sin hijos
Y la muerte provocada por el descarado que vomita su maldad.
No puedo acostumbrarme, y a veces no quiero
De día intento mirar hacia otro lado e ignoro de forma reiterativa
Las señas de que el mundo es tan malo como soñamos en pesadillas
Y se acaba el oxigeno que precisamos para levantarnos
De noche, ya no tengo fuerzas.
El cansancio extenuado me deja helada frente a la pantalla
Y aplaudo dinosaurios amarillos
Y lloro almas que no tuvieron un beso.
Tendré que guardarme en los bolsillos canciones dulces,
Recuerdos en papeles hechos un bollito
Para cuando me pierda en esas noticias
Y me quede helada nuevamente frente a la pantalla.
La realidad se estampa sobre la misma matriz que la contiene.
Me gustó tu texto.
Cordial saludo