Tan simples ellos. Pequeños y orgullosos de su procedencia.Importantes y arrogantes viajan por todo el mundo,aunque ya menos. Bonitos y raros, feos y curiosos.Su figura es topica pero sus detalles únicos. Hay algunos que visten de gala y otros manuseados,gastados y descoloridos pero todos y cada uno cumplen con su funcion.Tan responsables ellos.
Descansan en un cajon, en un album de recuerdos o en la memoria, pero todos ellos han entregado el mensaje correspondido..o no.
Estan hechos para que nadie se confunda de procedencia,pero aún así,lo confunden.Pobres ellos. Son como los vinos,cuanto mas viejos mas valiosos.La diferencia entre el vino y ellos es que el vino no se desgasta, mas bien se gasta.
Me entristece que se hayan hecho tan poco cotidiano.Con lo bonito que era coger papel y boli (o pluma,segun hasta donde nos vayamos..) y escribir tales mensajes que aún hoy recordamos.Con lo bonito que era ir al estanco y decir:
-Me das un sello, por favor?
Qué nostálgico recuerdo para ellos, los sellos, y de paso para las cartas, tan importantes y entrañables en otros tiempos. Yo he trabajado entre cartas muchos años, ahora ya no.
Me gusta que haya quien los heche de menos.