Eres tan lejano, tan posible de alcanzar; no sabes lo que duele ser invisible, porque obviamente no soy la única persona que te ve pasar. Pero cuando tus ojos hielo y plata vagan en mi dirección, me convierto en una venta en la que miras a través sin darte cuenta de que estoy. Solo una de tus sonrisas hace tambalear todo mi universo, aunque en el tuyo yo no sea más que un agujero negro.
Ellos se pueden reír de mí; lo hacen porque creen que el amor adolescente no es más que la impresión de la inmadurez, porque no tiene lógica amar tanto a alguien si él ni siquiera te ve. Pues que piensen lo que quieren... Ellos nunca podrán sentir la alegría que yo siento al verte venir. No conocerán la inocencia y la pureza con la que te sueño al dormir. Ellos no lo sabrán, y es posible que tú te conviertas en uno así, pero al menos, quizá algún día sepas que tuviste a una amante incondicional.
