Dicen que hacen falta cuatrocientas milésimas de segundo para parpadear y no mas de dos segundo para poder detener a ese persona que se va, aunque a algunos le hacen falta muchísimos mas, yo soy de esos de la segunda parte. Me sobran segundos para perder a gente que no quiero y me faltan para poder rectificar. Es lo que tiene ser orgullosa. Con los años cada vez pasa mas factura.
Siempre me han dicho que debo de dejar de vez en cuando mi orgullo encerrado en el armario, pero... es curioso porque, siempre encuentra la forma de salir :):)