Jorge
El perd?n por s? solo no acumula la fuerza, o la buena voluntad para, por fin concederse; su otorgamiento se acoge en un despertar crepuscular capaz de deslumbrar y hacernos volver al otro lado donde la libertad sonr?e, y anima con el destello de verse sin grilletes ni maniatado por resentimientos.
Mi Hermosa Marisol, ya comenzaban a hacerse perennes tus ausencias; porque, siendo una, tu afinidad se distribuye en mil fragmentos que a veces, el parecer me enga?a al imprimir una disminuci?n de tu presencia; pero soy afortunado; ahora cuento completamente contigo.
Saludos?y besos?
01/03/09 11:03