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Evocaciones Oleico-eróticas

Jamás pensó Elena que el recuerdo más dulce, aquel que la haría estremecerse, que provocaría en ella un tierno escalofrío que la recorrería desde el mismo epicentro de su entrepierna hasta la nuca, sería el tibio aroma del aceite de oliva. Dicen que el olfato es el sentido que más poder tiene para evocar momentos pasados hasta el punto de hacernos revivir por unos instantes cada una de esas añoradas sensaciones.
Húmedos flash backs ametrallaban su memoria enajenándola....
La luz de la mañana intentando entrar tímidamente por los ínfimos ojos de las persianas casi totalmente cerradas a cal y canto; el olor a playa y a humedades mezcladas, a sudor limpio, a él, a ella, a aceite....; las voces de los vecinos afuera, algún que otro coche, el ventilador oscilante y necesario, el sonido de sus propias voces, ruegos, gemidos, gritos ahogados, ....; el sabor amargo del whisky, de la ginebra, el sabor a él, a ella, y de nuevo a aceite....
Sus manos abarcando la total geografía de sus brillantes pieles, sus dedos incansables recorriendo cada vértebra, cada fibra, cada hueso, cada recoveco de cada una de sus curvas; lugares nunca antes lamidos, ni acariciados, como si quisiera grabar para siempre el recuerdo de aquel tacto en sus ardientes huellas dactilares...
Susurros, palabras, ruegos, suspiros, y sentir una y otra vez cada uno de sus poros estallando, abandonándola en cada una de esas pequeñas muertes hasta dejarla exhausta, sudando, temblando, feliz..... e inesperadamente asustada al mismo tiempo. Se sorprendió al sentir que le ahogaban la presión de unas tristes lágrimas que amenazaban con estropearlo todo como el granizo en una tarde de verano, como una mancha de moho en tu rincón preferido, como un coche mortuorio en el camino de tus vacaciones....
Unas agoreras y etílicas pero sinceras palabras resonaban en sus oídos y, aunque lo intentaba una y otra vez no podía acallarlas: -Te voy a hacer daño-. El escalofrío que la recorría al evocar aquel recuerdo era de una naturaleza muy distinta. Era como una losa pendiendo de un hilo sobre su cabeza.
Y sin embargo, en aquel momento era feliz con él, con ella, y el aroma dulzón del aceite.....
Marlango8215 de noviembre de 2009

1 Comentarios

  • Fede

    Muy bueno.
    Refrescante.

    16/11/09 09:11

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