Haber estado rodeada de gente tóxica supongo que te hace fuerte, en algún sentido, o eso me digo para no ver que lo único que hace es ayudarte a crearte una coraza, un fuerte coraza que se construye mucho más rápido de lo que se rompe. Y aprendes a vivir con ella, haces ver que no importa nada, que nada puede hacerte daño, que vas a seguir sonriendo aunque sea detrás de esa coraza. Pero luego conoces a gente, gente maravillosa que te aportan tantas cosas buenas y nuevas que ni te acuerdas de que llevas la coraza. Y vuelves a sentir, a sentir vida, alegría, energía y te olvidas de que eso acaba, de que por mucha gente maravillosa que haya, siempre hay alguien que es el doble de tóxico que los anteriores. Pero obviamente no te das cuenta porque te piensas que es alguien bueno, alguien que te va a enseñar nuevas cosas, que te va a hacer reír y es así, al principio siempre es así y al no llevar coraza lo único que piensas es que todo va ir bien, que por fin irá bien pero nunca termina siendo así. Vuelve la decepción, el engaño y el dolor y lo peor es que te pilla por sorpresa otra vez y sin entender el porque, simplemente vuelve a pasar. Y ahí te das cuenta de que tienes que volver a la coraza pero volver es más doloroso si cabe que el otro dolor, porque aunque significa no volver a sentir dolor, también significa no volver a sentir felicidad. Y todo por una persona, porque aunque parezca que no, te llega y te llega demasiado. Pero luego te preguntas que a lo mejor todo a terminado así por tu culpa, así que solo te juzgas y te haces sentir mal a ti mismo hasta que otra vez, dejas de sentir.

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