Errantes melodías familiares,
como diamantes jamás descubiertos,
hizo el Aznar llegar a mis oídos,
como aquellos olores en el subconsciente,
que nos recuerdan a bellos momentos del pasado.
Menuda tragedia cotidiana,
por lo visto también alcanza a los grandes,
pues hace un tiempo no tan remoto,
un tal George tuvo que marcharse.
Un inmenso legado y muchos huérfanos,
has dejado en tu camino.
Ante la clase, la estética y el arte
el pueblo responde cantando
El Gran Flaco Spinetta.