Por casualidad nos conocimos aquel otoño,
recuerdo aquella tarde entre extraños en un colectivo.
Por curiosidad nos dimos un motivo para hablar,
pues mi timidez de principio no me hubiese permitido empezar.
Por pasión roce tus labios,
aquella fresca sensación de oportunidad.
Por sensualidad dormimos juntos en el diván,
nos dejamos llevar por las burbujas del champán.
Por apresurarnos fuimos novios,
tuvimos que alimentarnos de aquel fruto inmaduro para saciar nuestro pecado.
Por tratar de vivir un sueño corriente creía que te amaba,
decirte te amo fue más fácil que entender lo que pasaba.
Por necesidad de afecto nos correspondimos,
en aquel momento no nos privamos ni por un segundo ni de besos ni de mimos.
Por el paso del tiempo nos fuimos rindiendo,
a aquel frío desenlace que se llama desencuentro.
Por cansarte de mis versos tuviste el coraje suficiente,
de mirarme a los ojos y decirme ya me eres ajeno.
Por nostalgia y abandono recuerdo nuestro último beso,
un destello de luz de aquel momento en el cielo.
Por esas cosas del destino me volviste a ver pasar,
pero no trataste de tocarme el hombro
.
La última hoja de otoño ya había caído.
