Solita al rio de fui de escursión,
saltando divertida de piedra en piedra
mi zapatito se escurrió y me di un chapuzón.
Me quede tumbada dentro del agua,
como rama que cae y se atrapa.
Corre una suave brisa que mece los arboles,
y yo me entretengo admirando sus canticos.
En medio de esa hermosa distracción,
por delante de mi un cangrejo apareció.
Como castigo por la intromisión en su hogar,
mi dedito con sus pinzas logro atrapar.
La música de los arboles de mi cabeza voló,
saltos desesperados comencé a dar,
saltando saltando a la orilla pude llegar,
y como tornillo con su turca,
ahí estaba el cangrejo que no se quería soltar.
Con una pinza me agarraba,
y con la otra me pretendía amenazar.
Cangrejito tonto, tu a mi me lastimaras,
pero lo que nunca podrías esperar,
es la semejante pedrada que te voy a dar
Danae que bien que te guste. Lo escribi porque la actitud de los
cangrejos siepre me ha parecido muy divertida, se comportan
como viejos cascarrabias de esos a los que gusta chinchar jaja.
Gracias por comentar, besoss.
Gabriel te acepto el abrazo, pro con las pinzas cerradas ehh.
El proximo cangrejo que me encuentre va para tu plato, este
creo que ya se lo comieron en sopa jajaja. Gracisa por pasar,
besoss.