Sin son
en la ciudad
sin son
en el suelo
sin son
en la cumbre.
Esta vida está
sin son
especulando
sin son.
Trayendo amarguras
llevando alegrías
sin son.
Observando el pandemonio
agazapado
sentado en el cordón
de la vereda
sin son.
Empinando demasiado
el codo
sin son.
Me levanto
sin son
y me acuesto
avasallado.
El uso del "sin son" le entrega a tu poesía, aunque parezca contradictorio, mucho ritmo.
La lucha por encontrar el sentido es algo que a pesar de que nos atañe a todos, siempre está empapado de ese algo de personal, esas complejidades que descubrimos al enfrentarnos a un otro que no nos comprende del todo, y a una sociedad que no está dispuestas a entregarnos buenos modelos.
Avasallado, un final categórico y con actitud, factor sorpresa digno de repetirse.