El sol me acompaña hasta el mar
latiendo como este gran corazón,
las avenidas recorren todo su camino
sin horizonte aparente,
el torbellino de mi alma vuela mis manos
pidiendo la salvación,
te obsequio una mirada
para dejarme ir
y apagas cada sensación
sin dejarme respirar
olvidando lo que soy
fingiendo tu adiós
sobre mis manos vive la raíz
sobre mis manos vive mi niñez
es el perfume de lo que dejamos atrás
y nos envuelve recordándonos lo que somos
brillas sobre las piedras,
todo tu esplendor vive en alegría
quebrando mis huesos
puedo sentir como cada momento se ira...
y no volverá...no volverá