No hay sol, solo llueve,
golpes en el suelo, marcas convertidas en simbolos de lo que alguna vez sucedio...
Distancia, marcada a pasos.
Los sueños no son sueños, porque no he despertado y a esto, aún, se le llama realidad.
No hay nadie, solo viento.
-¿Y la calma?
Notaba ahí fuera el temporal que habitaba en mi cabeza hace tiempo, eso me entristeci;
no había salido para hacerme más daño.
La lluvia calma el dolor y la distancia definida por el viento también. Los pensamientos nos corroen por dentro, por eso es bueno salir al temporal o incluso a la calma.
Un saludo.