El mes de Abril
es una esperanza con pétalos nuevos,
una promesa de agua y de cartón,
la risa que se anuncia mañanera delante de un espejo,
la niña que se mira por primera vez
y se descubre
Préstame el mes de Abril, quiero inventar el agua
y que el agua me lleve
a todos los abriles.
Es demasiado tarde.
Ya no quedan Abriles, ni siestas junto al mar, ni zapatillas de ballet junto a la arena.
Ni sueños rotos.
Entonces: ¿qué nos queda?
Nosotros.
Quedamos nosotros.