La literatura no es sentimiento. La literatura no es una expresión del sentimiento. La literatura no es la belleza del sentimiento, pues las palabras no son sentimiento, las palabras no expresan sentimientos y la belleza no es sentimiento.
El sentir es la condición humana de percibir el mundo externo. Si digo mundo externo, entonces confirmo la existencia de un mundo interno. Ese mundo interno es la interpretación del mundo externo: siento frío.
La literatura no es sentimiento: tristeza, amor, dolor, compasión, alegría o muy reciéntemente: infinto, vacío, etc., son percepciones del mundo exterior que sólo el humano puede entender. ¿Quién ha sido el idiota que ha tratado de hacerle sentir menos "vacío" a un períco, o a una cucaracha, o a una mosca, o burro, o perro, etc.?
Es bonito sí, hablar de sentimientos: me siento triste, me siento cachondo, me siento desesperado, ancioso, amoroso, etc. Pero eso no es literatura. Si un sentimiento fuere esa máxima expresión, creación, exposición de la belleza, de la estética, del sentido humano, lo es porque su autor de forma madura ha logrado sobreponerse a la inútil condición humana de sentir, y comenzó a vivir el sentido: ¿Qué creen que hubiere sido de Ludwig van Beethoven, si se hubiere entregado a "expresar sus sentimientos"... con un carajo... hubieremos tenido un pinche EMO compositor de melodías bitonales y todos quienes escuchen su obra, terminarían suicidándose?
Pero todo está bien, recordando las palabras de Edipo Rey... en esta época todo está bien: el juicio y la visión crítica se ha tergiversado en "yo creo" o lo que es peor "yo aseguro (aún cuando no sé nada al respecto)"; este fenómeno lo vemos en la política (Aquí en México donde hasta un pinche barrendero analfabeta puede llegar a acomodar sus nalgas en la silla presidencial, claro, si conoce los "enlaces" económicos correctos); también es presente en la "filosofía" del nuevo siglo, mayormente reconocida como la adopción de la cultura occidental norteamericana, que hace mérito al absurdo trágico que Camus nos señala (Aquí en México, los niños (8-18 años) quieren ser adultos y maduros a través de la cogedera, del coito: "Soy un niño indefinido, que debo coger y coger cuantas vaginas me encuentre, para vivir indefinidamente en la negación de la duda sobre mi preferencia sexual que crece en mis propios pensamientos"
Quién lo hubiere pensado, somos literatura: absurdos héroes trágicos. Pero no somos sentimiento, éste, es nuestro falo, es nuestra vagina: nuestra indefinida negación al Thánatos, nuestra constante afirmación al absurdo donde todo lo que diga está bien, siempre y cuando lo diga de corazón: corazón que nunca he visto, que sólo cuando me cago de miedo lo siento golpear mi pecho.
Amor, belleza, infinito, tristeza, nostalgia, alegría, incertidumbre, otredad: percepciones
Analfabestia, Mendaciloquus, Sed, Mario: imaginaciones
¿Escuchan la vocecita en su cabeza que les obliga a negar?
Y - Yo- qu?- s?.
Que dir?an Les Luthiers.
Pero las emociones son ciertas. ?No?
El sufrimiento y la algr?a tambi?n ?No?
Cu?ntamelo todo Analfabestia.
Aunque al final, llevas raz?n, es cierto, todo se vuelve humo, incertidumbre, nada.
?Pero por qu? me pongo tan contenta cuando veo tus pelambreras a carboncillo?
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Estoy hecha un l?o Mario.