La tinta de sus detalles marcan su nombre,
domina almas, sus calientes letras,
caen roces de latidos opuestos,
en contraste con las horas vuestras.
La busqué, le delaté, su corazón,
que parece rodeado de los encantos,
que van más allá de un físico pasajero,
entrando en su ser, cubriendola en mantos.
No sé si fui el primero, él unico,
que envolvió su piel con mis roces,
fuí hasta el único rincón del mundo,
donde solo se conquista varias veces.
De tantos sueños, hermosos, soñados,
solo pudo ver mi vaga mirada.
inesperado enamorar a alguien una vez,
porque cuando le ví, quedó imaginada.
No hace falta un lugar secreto,
si con sus latidos, le desafió su destino,
suspiros eogistas en vagos rincones,
ciego amor, aventurado a ella vino.
El amor existe, aunque no se vé,
pero con los ojos cerrados lo puedes ver,
marcando su libro sus hojas opuestas,
ironía hermosa, marca su amanecer.
Una noche para ella es eterno,
solo siente lo cercano a su inocencia,
solo reta los latidos, presos sentidos,
me ama, preguntenle a su conciencia.
Pero algo que me enamoró de ella,
es que solo logra ver un poco de amor viviente,
adivinando mis calidos pasos a su corazón,
la enamoré, asi es, siendo ella vidente.
(Junio 2011)
Amigo mental: hacía tiempo que no te veía en la red y hacer acto de presencia con un bonito poema de amor
que es el motor del mundo.
Felicidades y un afectuoso saludo.
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