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El Mercado de Los Cíclopes I

En un mundo en el que el Sol está a la misma distancia que las flores, no hay muchas posibilidades de que nuestra imaginación vuele como las cometas, cada vez más alto, y sin rumbo. La mayor parte del tiempo tenemos que utilizarla para pensar en todos y cada uno de los movimientos que realizamos durante los Soles. Tampoco hay oportunidades durante las Lunas, tiempo que hemos de invertir en soñar con el máximo número posible de imágenes grabadas durante el Sol y así, poder tener una pequeña posibilidad de entender el espacio que nos rodea. Al principio de nuestras vidas, cuando somos Infantes, tenemos la obligación de viajar a la costa a estudiar el Horizonte. La vida de un Cíclope gira entorno al cumplimiento de ese viaje, de ese objetivo: el entendimiento total del espacio. Un viaje que declaró obligatorio el Consejo porque, según Los Señores de la Única Ciencia: “esto ayudaría a nuestros Infantes a percibir las Dos Dimensiones de forma más precisa, en un espacio en el que se ven obligados, desde pequeños, a caminar por el mundo utilizando todas las direcciones posibles de las Tres Dimensiones. El Horizonte es una singularidad paradigmática para este aprendizaje. El viaje estaría programado de principio a fin, de tal modo que a los menores de nuestro pueblo no les faltara ningún tipo de apoyo durante el mismo y se dedicaría, sola y exclusivamente, a la necesaria tarea de aprender a separar el Cielo del Mar, al entendimiento final de que el Horizonte está constituido por una sucesión infinita de puntos de fuga”.

Recuerdo todas aquellas palabras con mucha fuerza y lo que supuso para mí aquel viaje, ya que el día que separé el cielo del mar descubrí nuevas perspectivas y entendí mi futuro Horizonte, mi destino. Durante aquella etapa aprendí también cosas nuevas. La más importante fue que cada uno de nosotros nace con un don, o dos, o tres o… bueno, el caso es que me di cuenta de que cada uno de nosotros, haciendo buen uso de sus virtudes, puede trabajar, ganar posiciones en la sociedad, jugar al ajedrez con los amigos, plantar cara a las estrategias de los enemigos, amar a quién se ama, ayudar a quién lo merezca y vivir, vivir intensamente. Y me enseñaron que esto se lo gana el que da trigo sin esperar el pan, pero que agradece hasta las migas. “Es fácil – nos contaban -, los amigos se ven, están, no hablan ni monologan con el infinito sin cesar; hacen, aman, apoyan y te ayudan con las respuestas. El enemigo, en cambio, es más complicado. El enemigo, amigos, es dos; uno que te deja caer al abismo sin dilaciones ni intercambios de palabras y el otro sabe de palabras y, si puede, te dejará ciego ante la verdad. El primero casi no existe en lo cotidiano de nuestras vidas, quizás no sea ni persona. Es más, seguro que fue creado al principio de todo en los suburbios de la mente, después de la primera mirada de intolerancia. Origen de todos los miedos y fruto de la desconfianza, es seguro que desaparecerá tras nuevas generaciones que basen sus miradas y den la mano con la pureza del Agua subterránea que se descubre en nuevos manantiales. Al segundo hay que combatirlo con fuerzas renovadas, con la luz que da la fe en los amigos más queridos, aprendiendo a escuchar a los mejores”.

Así, de esta manera, descubrí cual era mi más sincera virtud y ésta, era la fe en la amistad y en el futuro. Me gustaría acudir al próximo Consejo para hablar sobre mi experiencia en la costa y acerca de los dos pilares que darían un apoyo infinito a mi fe: una lente transformadora y un bastón de arcilla. Estoy seguro de que apoyarán mi iniciativa, ya que podrían ser dos inventos pioneros que facilitaran a Los Cíclopes la comprensión de las Tres Dimensiones.

Desde "El Mercado de los Cíclopes" http://mercadociclopes.wordpress.com
Mercadociclopes28 de mayo de 2010

2 Comentarios

  • Nemo

    Espero y continúe...
    Me ha gustado.
    Saludos!

    28/05/10 09:05

  • Aroint

    Que sorpesa encontrarte aquí, el que fue mi primer hogar literario; aquí empece a escribir hará dos años. Ahora te descubro jeje

    Interesante relato, que lo siento como una crónica inerior. No es mi mejor día para grandes análisis, por falta de tiempo y sobretodo de neuronas, pero me quedo con una reflexión.

    Creo que solo hay un enemigo, y somos nostros mismos. El ojo que con su sabiduría, debería completar la totalidad de un ser que se compone de infinidad de matices, se erige con facilidad en rey tirano. En mi última prosa justamente reflexionaba sobre esto, la titúlé "El Ojo Malvado"... bien podría ser el ojo de un cíclope, un ojo único sobre todas las cosas.

    Aprovechando que publicas aquí, guardaré este relato en favoritos, cosa que en wordpress.com no se puede hacer por desgracia.

    Un abrazo y cuídate

    04/06/10 10:06

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