Si tus ojos no quieren seguirme adonde voy
y tu coraje se acobarda en la salida
no esperes encontrarme de rodillas
entregando la espada a mi enemigo.
Tampoco me veras en el regazo de mi egoísmo
practicando vasectomías a mis sueños
o descorchando utopías viejas y orgullosas
Pero si te suena tan complejo
no me sigas (te lo pido)
seguramente al final de todo
desvelare a todos los misterios
Y después no tendré más planes
que sentarme en el cordón de alguna tarde
a esperar la irremediable muerte
que pincele el final con su broche de oro