Entre el humo de los cigarrillos
y las máquinas de café,
como un gato,
se despereza la nostalgia.
Despues se enreda entre mis piernas,
maullando,
con el hambre de muchos días,
a cuestas.
Yo también me desperezo
y apuro mi cerveza de un trago.
Nos levantamos,
buscando la calle.
La noche es fría.
Formamos un perfecto ménage á trois
yo, tu recuerdo y mi nostalgia.
Digno de una novela negra, realmente me gusto.
Un saludo.
Pol.