Estás harta de todas las personas que te rodean, no hacen más que traerte problemas y más problemas..., solo saben preocuparse de sus propios asuntos y en cuanto les pides algo que les complica la vida, adiós, desaparecen, de la manera más misteriosa posible, o directamente de la manera más descarada que te puedas imaginar. Solo te quieren para pedirte favores, para que les dejes dinero, para cuando se aburren en casa. Duele saber que esto es verdad, que, a veces tardas en darte cuenta de las cosas, y que cuando te piensas que alguien no es así, te sorprende a la mínima. Y es ahí, donde te das cuenta de que no te puedes fiar de nadie, de que cuando para ti todo sea oscuro, no podrás estar seguro de encontrarte a esas personas que un día te iluminaron tu camino con sus sonrisas, de que, en realidad, no estás sola, tan solo estás mal acompañada.

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