Promesa
Hicimos una promesa, una promesa que parecía irónica, e imposible.
Me dijiste que nunca nos haríamos daño, que cuando las cosas no tuvieran solución nos olvidaríamos el uno del otro, que no lloraríamos al perdernos. Pensé que nunca sería capaz de cumplirla. Me costó, lloré muchas veces, te hice daño muchas más, no podía olvidar ninguno de los momentos que pasamos juntos, recordaba hasta el más mínimo detalle, la ropa que llevabas el primer día que hablamos, dónde nos conocimos, cómo, lo que comíamos un día cualquiera en cualquier restaurante, no podía olvidarme de nada. Pero entonces llegó un día, en el que supe que esto no podía seguir así, en que me di cuenta de que estaba abriendo una herida, porque me pensaba que jamás cicatrizaría, pero lo hizo.... Ahora, solo recuerdo esa promesa, la que nos hicimos, porque nunca tienes que olvidarte de una promesa.
